Decimoquinto domingo del Tiempo Ordinario

by Rev. Sleevaraj Pasala  |  07/10/2022  |  Del Clero

Cuando tenemos un fuerte anhelo por algo; nuestra mente, nuestro corazón y nuestras fuerzas están involucradas; hay un enfoque completo para lograr un objetivo en particular.

Jesús nos está llamando a involucrarnos de esta manera en el cumplimiento de la regla de oro: amar a Dios y amar al prójimo con toda nuestra mente, con todo nuestro corazón y con todas nuestras fuerzas.

Jesús nos da el ejemplo de un Buen Samaritano que es bueno con un extraño y cumplió la regla de oro. ¿Qué tiene de bueno el buen samaritano? Era bueno mentalmente, así que pensó en ayudar; él era bueno de corazón y por eso sintió empatía por el extraño que estaba en una situación difícil. El Buen Samaritano puso en uso todo el tiempo, el talento, la fuerza y la riqueza que Dios le había dado para ayudar al extraño.

 

Podemos preguntarnos, retrospectivamente a nuestra conciencia, '¿Soy un buen hombre? ¿Soy una buena mujer?

Cuando se trata de cumplir la Regla de Oro: Oremos todos los días para que seamos buenos mentalmente; bueno de corazón y usemos nuestra fuerza para el mejoramiento del mundo que nos rodea dando testimonio del amor de Dios.

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