Trigésimo-Primer domingo del Tiempo Ordinario

by Diácono Juan Carlos  |  10/30/2022  |  Del Clero

El Evangelio de hoy nos narra una hermosa historia del encuentro de Jesús con Zaqueo, pero este encuentro tiene sus complicaciones y murmuraciones (Lucas 19:1-10). Zaqueo quiere conocer a Jesús, pero la gente se lo impedía. Esto no desanima a Zaqueo, sino que se pone en acción y sube a un árbol. La acción de Zaqueo lo llevó a tener el encuentro con Jesús que le dice: “Zaqueo baja pronto que hoy me hospedo en tu casa”. Al ver que Jesús se hospeda en la casa de Zaqueo la gente comenzó a murmurar contra Jesús, pero Zaqueo dice algo que le hace ganar la salvación, “Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes, y si he defraudado a alguien, le restituiré cuatro veces más”.

Zaqueo tuvo un encuentro con Jesús que le da: la salvación, le da una nueva vida, ya no es el mismo, cambió su forma de ver las cosas, cambió su comportamiento y manera de pensar.

Jesús es la Luz que ilumina a todo hombre (Juan 1:9). Jesús nos ilumina y nos hace ver el error en que vivimos. Él nos ilumina para vivir correctamente, este es el símbolo de conversión para todos los que buscan y encuentran a Jesús. Jesús con su presencia cuando es aceptado transforma las vidas de las personas.

Quizá en algunas ocasiones en el caminar por nuestra fe hemos experimentado que otras personas intentan impedirnos conocer a Jesús. Quizá en algunas ocasiones también hemos escuchado críticas y murmuraciones contra nosotros por seguir a Jesús, por dedicar tiempo a estar con Él, por servir en la Iglesia, pero como Zaqueo esto no tiene que detenernos. Hagamos lo que tenemos que hacer para que Jesús se hospede en nuestro corazón, en nuestra vida y así poder ganar la salvación para nosotros y los demás.

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