Nosotros como seres humanos demostramos de diferentes maneras nuestro amor a los demás: lo hacemos con palabras, haciendo regalos, llevándolos a los lugares favoritos que les agrada visitar.

Expresamos de diferentes maneras nuestro amor por los demás, pero el amor que Jesús nos pide hoy en el evangelio va más allá de un sentimiento.

“Si me aman, cumplirán mis mandamientos… El que acepta mis mandamientos y los cumple, ése me ama” (Juan 14:15-21).

Jesús ante la pregunta de un fariseo “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la Ley?”. Jesús, le dijo “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente… Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:36-40).

Estos dos mandamientos son la base para todos los demás. Jesús nos está pidiendo que todo lo que hagamos sea por amor, pero en ocasiones tenemos que hacerlo con un amor de sacrificio y de servicio, tal y como él nos ama con un amor lleno de misericordia y sacrificio. “Porque tanto amó Dios al mundo que entregó a su propio hijo…” (Juan 3:16). Dios entregó a su propio hijo a la muerte en la cruz y Jesús aceptó esa muerte por amor a nosotros.

Jesús nos dice que lo amamos cuando cumplimos sus mandamientos. ¿Qué estamos dispuestos a hacer para cumplir los mandamientos que Jesús nos propone?¿Somos capaces de hacer sacrificios y servir a las demás personas, como Jesús nos pide?

La gran mayoría de las madres son capaces de amar incondicionalmente. Las mamás se desvelan y perdonan, aunque los hijos se vayan de la casa como el hijo pródigo ellas están siempre esperando el regreso del hijo con los brazos abiertos dispuesta a perdonar y entender, aunque este hijo no se lo merezca. Tal como el amor de Dios.

A todas las mamás les deseo ¡Feliz Día de la Madres!

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