Mi querido pueblo de Dios,

Cada octubre, la Iglesia en los Estados Unidos celebra el Mes de Respetemos la Vida y reconoce el primer domingo de octubre como el Domingo de Respetemos la Vida. Como católicos, estamos llamados a apreciar, defender y proteger a los más vulnerables, desde el comienzo de la vida hasta el final y en cada punto intermedio.

Durante el mes de octubre, la Iglesia nos pide que reflexionemos más profundamente sobre la dignidad de cada vida humana; y ofrece la oportunidad de apoyar financieramente los esfuerzos de la Oficina Diocesana del Ministerio de Familia y Respeto a la Vida por medio de la Colecta del Domingo de Respetemos la Vida. Las ganancias de la colecta anual proporcionan lo siguiente para su parroquia:

• Apoyar las actividades parroquiales que promueven la dignidad de toda vida
• Establecer contactos con centros de recursos para el embarazo
• Post-aborto, reconciliación y sanación (Proyecto Rachel)
• Matrimonio cristiano (discernimiento, preparación y enriquecimiento)
• Planificación Natural de Familia
• Crianza de los hijos (en tiempos de crisis, y todos los días) - construyendo la iglesia domestica
• Católicos solteros, divorciados y separados
• Cuidando a la persona integral, que se centra en el cuidado de nuestros enfermos y ancianos y los preparativos para el final de la vida.

Recientemente, el Papa Francisco nos ha recordado que condena la eutanasia y el aborto como acciones que "juegan con la vida" y dijo que existe tal cosa como la "mala compasión". "No juegues con la vida, ni al principio ni al final. ¡No se juega con él!" Su Santidad nos recuerda: "Debemos acompañar a las personas hacia la muerte, proporcionando cuidados paliativos a los que sufren, pero no provocar la muerte o facilitar el suicidio asistido".

Mientras caminamos a través del mes de octubre, mientras nos enfrentamos a la presencia siempre amenazadora de la cultura de la muerte, ¡que lo hagamos confiando todos nuestros esfuerzos a Jesús, el Señor de la vida!

San José,

           Defensor de la vida,

                       ruega por nosotros

                                                                  -Obispo Cotta

 

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