III Domingo del Tiempo Ordinario

by Diácono José  |  01/26/2025  |  From the Clergy

Leyendo el Libro de Nehemías en la Primera Lectura, vemos como esta comunidad, unos 450 años antes de Cristo, se reunía para escuchar la Palabra de Dios: el libro era llevado frente a la comunidad, la cual consistía de hombres, mujeres y niños, era abierto desde un lugar prominente, todos se levantaban, se proclamaba desde una plataforma de madera y todos respondían “¡Amén, Amén!”, y luego se interpretaba lo que habían escuchado.

¿Creen que se parece eso a nuestra Liturgia de la Palabra? El Libro de los Evangelios entra en procesión, la gente se pone de pie y canta Aleluya mientras procesa hacia el Ambón, luego de anunciar el Evangelio la gente responde “Gloria a ti Señor”, al final de la proclamación el pueblo responde “Honor y Gloria a ti Señor Jesús”, y luego la homilía explica lo que hemos escuchado.

Somos una comunidad. Como miembros de un solo cuerpo nos necesitamos mutuamente.  Todas y cada una de las partes del cuerpo son esenciales para el bienestar de todo el cuerpo.  Ninguna parte del cuerpo puede sobrevivir fuera del cuerpo.

Somos creados como comunidad.  Mi fe no puede sobrevivir por mí mismo, somos alimentados y fortalecidos por ser miembros de una comunidad de fe.

Reconozcamos a todas las partes del Cuerpo de Cristo, gocemos cuando una parte goza, y suframos cuando una parte sufre.

Diácono José