Estamos a punto de terminar la cuaresma, es un buen momento para reflexionar en algunas preguntas: ¿Qué experiencia tengo con mis propósitos o promesas del inicio de esta cuaresma? ¿Lo estoy logrando, o, he dejado en el olvido mis promesas? ¿Qué beneficios estoy teniendo espiritualmente y corporalmente?

Recordemos que, la oración, el ayuno, las obras de misericordia, las promesas y los buenos propósitos con los que comenzamos la cuaresma deben de beneficiar al prójimo y a uno mismo. Si lo estas logrando agradécele a Dios, y si no lo has logrado no te desanimes el Señor Jesús sabe que somos débiles y que pasamos momentos de debilidad, de tentaciones y de oscuridad en nuestras vidas.

Hoy se narra la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, en un momento clave e intenso vemos a Jesús en el Huerto de los Olivos con sus discípulos pasando por momentos difíciles por lo que le va a suceder. ¿Quizá Jesús en su humanidad experimentó oscuridad, tentaciones, debilidad, y quizá por la mente de Jesús pasó el querer rechazar lo que le iba a suceder? “Padre, si quieres, aparta de mí esta amarga prueba; pero no se haga mi voluntad sino la tuya”. Él se fortalece por medio de la oración, (Lc.22:39-46).

En nuestras vidas también pasamos momentos de: debilidad, de oscuridad, de tentaciones, dolor y sufrimiento ante los problemas, enfermedades, la muerte de un ser querido, infidelidades en el matrimonio, cuando vemos a las personas que amamos en los vicios de drogas/alcohol, lloramos y sufrimos por ellos.

La humanidad entera también pasa por momentos de oscuridad y debilidad ante la pandemia, la guerra en estos momentos de Rusia contra Ucrania; violencia en otras partes del mundo.

La clave para enfrentar situaciones difíciles es el ejemplo de Jesús, debemos de permanecer en oración y continuar nuestro camino de fe.

BACK TO LIST BACK