Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Durante este segundo año del avivamiento eucarístico, una de las formas que puede crecer en nuestra relación con el Señor Eucarístico se encuentra en experimentar la Adoración y la Bendición del Santísimo Sacramento. Dentro de esta solemne tradición eucarística, rezamos juntos y proclamamos lo que se conoce como las Alabanzas Divinas. Al profesar estas benditas alabanzas, nuestra atención se dirige profundamente a las verdades con respecto a Nuestra bienaventurada Señora:

Bendita sea la gran Madre de Dios, María Santísima.

Bendita sea Su Santa e Inmaculada Concepción.

Bendita sea su Asunción Gloriosa. Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre.

Como Madre de nuestro Señor Eucarístico Jesús, es apropiado que Nuestra Señora sea mencionada en las Alabanzas Divinas ofrecidas a Dios durante la Bendición del Santísimo Sacramento.

Durante este mes de agosto, reconocemos su Asunción Gloriosa. Mientras celebramos y defendemos la verdad de que María ha sido asumida, en cuerpo y alma al Cielo, que ella, Nuestra Señora del Santísimo Sacramento, interceda por nosotros durante estos tiempos difíciles y confusos.

Los invito a unirse conmigo para rezar la siguiente oración durante el mes de agosto en honor de Nuestra Señora del Santísimo Sacramento. Oremos:

Concédenos, te suplicamos, Conocerlo mejor, Amarlo más, y para centrar nuestras vidas  alrededor de la Eucaristía, es decir, a  hacer de toda nuestra vida una constante oración de adoración, acción de gracias, reparación, y petición a Nuestro Señor en el Santísimo Sacramento. Amén.

Nuestra Señora, asunta al Cielo, ruega por nosotros.
Nuestra Señora, Madre de la Iglesia, ruega por nosotros.
Nuestra Señora del Santísimo Sacramento, ruega por nosotros.

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