Este domingo es una oportunidad de dar gracias por el sacerdocio y de honrar y valorar a nuestros propios sacerdotes. En nuestra escuela, nuestros sacerdotes juegan un papel importante en la vida de nuestros estudiantes. Ya sea trabajando con monaguillos y lectores en la Misa, visitando las aulas para compartir y orar con los estudiantes, brindando apoyo espiritual y emocional a las familias y al personal que lo necesitan o simplemente estando presentes para los estudiantes en el recreo, nuestros sacerdotes son vitales para la vida de la escuela y estamos profundamente agradecidos.

El Evangelio de este fin de semana toca el tema de la corresponsabilidad. Como cristianos corresponsables , recibimos los dones de Dios con gratitud, los cultivamos responsablemente, los compartimos amorosamente en justicia con los demás y los devolvemos con aumento al Señor. Como seguidores de nuestro Señor Jesucristo, Jesús nos llama a ser discípulos. Los cristianos corresponsables responden de una manera particular al llamado a ser discípulos. La Corresponsabilidad tiene el poder de dar forma y moldear nuestra comprensión de nuestras vidas.

Sospecho que todos nosotros sabemos lo que es ser perseguido por el fantasma de un proyecto no terminado. Comenzamos a hacer algo y cuando aún no lo terminamos, lo dejamos de lado. Ahora, simplemente está allí día tras día, recordándonos nuestra mala planificación o falta de resolución. El mundo está bastante lleno de libros en parcialmente escritos, de cuadros aún no terminados, de títulos académicos no obtenidos y de sueños no realizados.

El Evangelio de hoy, Jesús narra tres parábolas: la oveja perdida, la moneda extraviada, y la última parábola nos cuenta del hijo que gasta la herencia que su padre le dio. El hijo llevando una vida desordenada malgastando sus bienes, pero llega un momento en su vida que las cosas no van bien y entiende que ha actuado equivocadamente. Después de hacer un examen de conciencia regresa a la casa de su padre para pedirle perdón. El padre lo estaba esperando lejos de reclamar y poner condiciones por su mal comportamiento, sale al encuentro de su hijo y lo recibe con un abrazo y besos (Lc. 15: 11-32).

Padre, Te doy gracias y te alabo por tus promesas a medida que envejezco. ¡Con tu presencia en mi vida, seguiré siendo productivo todos los días de mi vida hasta que me lleves a casa! Y todos los días que estoy aquí me cuidarás con tu ojo vigilante. Me llevarás a través de cada triunfo y cada prueba. Gracias porque me estás dando una vida satisfactoria llena de cosas buenas todos los días. ¡Me estás abriendo los ojos a las cosas buenas que me rodean y la gratitud se está convirtiendo en mi respuesta habitual a tu bendición!

¡Hola buena gente de San Estanislao!

He estado orando por todos ustedes y nuestra comunidad. Quiero recordarles a todos acerca de nuestro Festival de Otoño que se realizará del 23 al 25 de septiembre de 2022. ¡Si, tendremos uno!

Realmente creo que el Señor tiene un plan perfecto para todos nosotros. Cuando leemos las vidas de las personas en la Biblia podemos relacionarnos con sus vidas, pero ¿podemos relacionarnos con su fe?

La fe mueve montañas. Recuerdo un día de vacaciones pasando por las montañas en nuestro automóvil. Mi hija me miró y me dijo “no cantes mami, yo sí tengo fe”. Ella estaba pensando en la canción, Si tuvieras fe como un granito de mostaza.

Es tiempo nuevamente de prepararse para un nuevo año escolar. Como ministerio educativo de la iglesia, la Primaria Católica de San Estanislao está lista para iniciar un nuevo año, volver a ver a nuestros alumnos y conocer a las nuevas familias que se nos unen por primera vez.

El evangelio de este domingo nos recuerda que “Al que mucho se le da, se le exigirá mucho, y al que mucho se le confía, se le exigirá mucho más."

Estimada Comunidad de San Estanislao,

Habiendo casi completado mi primer mes como administrador oficial de la parroquia, les agradezco su entusiasta bienvenida y me siento honrado por la cantidad de apoyo que me han ofrecido. El pasado 6 de julio celebré mi tercer aniversario como sacerdote, así que en muchos sentidos todavía estoy aprendiendo lo que significa ser sacerdote y cómo ser el mejor sacerdote que pueda; participando en el Eterno y Único Sacerdocio Verdadero de Jesucristo.

En el Evangelio de hoy los discípulos le dicen a Jesús “Señor, enséñanos a orar…”, cada que leo o escucho estas palabras de los discípulos pidiéndole a Jesús que los enseñe a orar llegan a mi mente el recuerdo de cuando estaba en mi formación como diácono permanente, en una clase en la que el profesor nos explicaba sobre las diferentes maneras y formas de orar nos decía “los judíos han tenido y tienen oraciones muy hermosas y profundas, y quizá los discípulos de Jesús se sabían y practicaban algunas de estas oraciones.

No dejo de asombrarme de los Evangelios y de cómo cada vez que los leo descubro algo nuevo. Pareciera que el Espíritu Santo va quitando lentamente el velo y va dejándome ver las partes que son más apropiadas de acuerdo con la situación que estoy viviendo en mi vida.

Las palabras del Evangelio de hoy realmente me impactaron en este momento de mi vida. Es como si Jesús me estuviera diciendo: "José, mi querido José, estás preocupado y distraído por muchas cosas; sólo hay necesidad de una cosa. María ha elegido la mejor parte, que no le será arrebatada".

Cuando tenemos un fuerte anhelo por algo; nuestra mente, nuestro corazón y nuestras fuerzas están involucradas; hay un enfoque completo para lograr un objetivo en particular.

Jesús nos está llamando a involucrarnos de esta manera en el cumplimiento de la regla de oro: amar a Dios y amar al prójimo con toda nuestra mente, con todo nuestro corazón y con todas nuestras fuerzas.

El pasado domingo 19 de junio del presente año, los cristianos católicos celebramos la solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo. El texto bíblico ha sido tomado de Lucas 9,11b-17. La escena es muy elocuente, clara y precisa. Nos presenta dos posturas muy significativas, la primera, la de los seguidores de Jesús (Apóstoles/discípulos) y la segunda la del mismo Señor. Veamos.