Este fin de semana celebramos cómo podemos dejarnos guiar por el Espíritu Santo. Permit ir que el Espíritu Santo tome el control de nuestras vidas: recordando constantemente Su Santa Presencia y comportándonos bien; orando por Su anuncio diario para que podamos luchar contra nuestras tentaciones y controlar nuestras malas tendencias, malos hábitos y adicciones; pidiendo Su asistencia diaria para orar, escuchando a Dios a través de la lectura meditat iva de la Biblia, y hablando con Él a través de la oración personal, familiar y litúrgica; y pidiendo la ayuda del Espír itu Santo para hacer el bien a los demás y reconciliarse con Dios y con los demás cada día.

Este fin de semana celebramos la Ascensión del Señor; Jesús asciende para estar con su Padre en el cielo. Esto no debe sorprender a ninguno de sus discípulos, ni a nosotros porque Él les había dicho lo que iba a suceder.

Antes de ascender, encarga a sus discípulos que vayan a hacer discípulos a todas las naciones y también les asegura que siempre estará con ellos. Muy pronto celebraremos Pentecostés que es la venida del Espíritu Santo. El Espíritu Santo que recibimos en el bautismo, en la confirmación y el que revolotea sobre las aguas y la tierra para ayudarnos a guiarnos y encauzar nuestro camino hacia la patria celestial.

Nosotros como seres humanos demostramos de diferentes maneras nuestro amor a los demás: lo hacemos con palabras, haciendo regalos, llevándolos a los lugares favoritos que les agrada visitar.

Expresamos de diferentes maneras nuestro amor por los demás, pero el amor que Jesús nos pide hoy en el evangelio va más allá de un sentimiento.

La primera lectura de hoy nos da el relato de la ordenación de los primeros Diáconos de la Iglesia. Quisiera compartir con ustedes algunas de las oraciones que el Obispo dice en la ordenación de diáconos en nuestro tiempo.

Oración Colecta

Dios nuestro, que enseñaste a los ministros de tu Iglesia a no buscar que alguien los sirva, sino a servir a todos, concede a estos hijos tuyos, que has elegido hoy para el ministerio del diaconado, ser infatigables en el don de sí mismos, constantes en la oración y alegres y bondadosos en el ejercicio de su ministerio.

Mientras oramos por el éxito de la Reparación de nuestra Iglesia, sabemos que Jesús es nuestro Buen Pastor que verdaderamente nos cuida, nos alimenta y nos ama.

Él dijo: "Yo soy la puerta", lo que significa que sólo en él y a través de él
tenemos vida y salvación. Su buena noticia de paz, rectitud y justicia es nuestra puerta de entrada a la vida eterna; Reconocerlo como nuestro Salvador es la puerta al reino de los cielos.

Después de haber recorrido el “Camino cuaresmal” con su mensaje e invitación a la “conversión y ha creer en el Evangelio”, además de recibir cada domingo la propuesta de los evangelios (Tentaciones, Transfiguración, Samaritana, Ciego de nacimiento, Resurrección de Lázaro y Domingo de Ramos) emprendemos el tiempo pascual, que va de la mano de la cuaresma.

Una pareja joven y comprometida se sentó en el sofá frente a mí mientras charlábamos sobre su próximo matrimonio. La joven luchaba por confiar en su futuro esposo. Me dijo que su padre le había sido infiel a su madre. Ella dijo de su prometido: “Quiero que me demuestre que no me engañará”. El joven me miró con impotencia, levantó las cejas y se encogió de hombros. ¿Qué evidencia podría dar para validar tal prueba? Nada. Todo lo que podía hacer era invitarla a confiar en él.

¡Felices Pascuas Cristo ha Resucitado! ¡Aleluya!

Jesucristo, quien fue brutalmente ejecutado y sepultado, está vivo de nuevo por el poder de Dios. El mensaje de la Pascua, el mensaje de la Resurrección es que “ha resucitado de entre los muertos”, ¡Jesucristo venció al pecado y la muerte por la salvación de la humanidad!

Es posible que conozcan el número 4-1-1 como el numero que usamos en el pasado para solicitar "información", pero ¿sabían que el 4-11 (11 de abril) es la fiesta de nuestro santo patrón, San Estanislao de Cracovia? Mientras estamos entrando en la Semana Santa esta semana, comenzando con el Domingo de Ramos, tomemos un día para celebrar también al santo patrón de nuestra parroquia. San Estanislao fue canonizado en 1253 y fue arzobispo de Cracovia, Polonia.

Nos aproximamos al final de la cuaresma, y ya las lecturas de este 5° domingo nos anticipan y nos hablan de la resurrección.

En el evangelio Jesús resucitó a lázaro no para dar un espectáculo de su poder, sino para que sus contemporáneos creyeran en la resurrección. El resucitar a Lázaro es un anticipo de la resurrección del mismo Jesús y de la nuestra. Jesús resucitó a Lázaro de la muerte natural y Lázaro tuvo que volver a morir, pero resucitará una vez más para la vida eterna; esa es la promesa de Jesús (Juan 11:24-26). Jesús nos resucitará a la vida eterna a todos los que creemos en Él, esa es nuestra fe y esperanza de todos los que creemos en Jesús.

Vemos lo que queremos ver. Si sé que no me gustará un lugar antes de llegar allí, encontraré todas las razones por las que no me gusta; pero si mantengo una actitud positiva, encontraré muchas razones para que me guste. Lo mismo sucede si no me gusta alguna persona, nunca veré la bondad en esa persona; pero si mantengo una mente abierta, podré verla.

¡Saludos Mi Familia Parroquial!

Gracias a todos los que ya han donado a la campaña BMA de este año. Si aún no ha dado o hecho su promesa, por favor hágalo, ya que me gustaría que todas las familias de la parroquia participen este año. En la penúltima hoja del boletín encontrara información para dar en línea o puede encontrar algunos sobres en la entrada de la iglesia. ¡Necesito la ayuda de todos con esto!

Queridos amigos los invito a tomar el texto de Romanos 12,2 que dice: “Y no os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto”. Las palabras del apóstol nos sirven para iniciar este tiempo de preparación a la Pascua. La cuaresma es todo un “camino por el desierto”, como lo que hicieron los hebreos durante cuarenta años. Es tiempo de hacer un “alto” en el camino para preguntarnos sobre el propósito de nuestra vida.